Cierto día al despertar, en un raro arrebato de lucidez logras por fin descifrar (no sin cierto sobresalto) el misterio oculto tras esa extraña sensación que rondaba desde hace tiempo los suburbios de tu consciencia:
Coño, soy feliz!
Congratúlate, has superado lo más difícil.
Ten presente que nada más necesitas: has alcanzado aquello que todos desean. Ya no importa que tantas veces hayas errado el tiro, que hayas sido incapaz de distinguir lo importante entre lo superfluo, con la cruel inocencia que te impediría apreciar los matices de un Vega Sicilia en un calimocho con Casera Cola.
No malgastes tus energías deseando cosas que sólo crees que necesitas, aunque verás a tantos que viven en esa trampa.
No sospeches, tal vez esta vez no hay truco.
No valen excusas para no ser feliz, no seas necio.
Observa: la corriente discurre serena a tu alrededor. No luches contra ella, déjate que te arrastre. Disfruta su suave caricia en tu piel desnuda, sin prisa. Abre bien los ojos, cada curva esconde un nuevo paraje digno de ser explorado.
Ahora bien, no seas ingenuo y ocúpate de evitar las piedras que saldrán al paso (eso no lo dudes). No esperes un mapa, y si te intentan vender alguno, desconfía: todos son sesgados, todos sirven a intereses ajenos.
Estás surcando aguas desconocidas, inevitablemente hay peligros ocultos, ten por seguro que deberás asumir riesgos.
Cuando tengas dudas, párate un momento y toma perspectiva.
Si estás atento y corriges el rumbo en los momentos oportunos, este emocionante viaje resultará más sencillo.
25 de Septiembre de 2008. Un día cualquiera. Quizás no... Hoy inauguro mi nuevo juguete. En los ratos que me deje mi trabajo "oficial" (o mi vida social) subiré a esta tierra, todavía yerma, mi visión sobre el mercado, esa temible bestia que tantos soñamos con domesticar algún día. Y por qué no, un pizca de lo que me venga en gana, aderezado con unos granos de gilipollez, que para algo debe servir, por una vez, ser mi propio jefe ¡Espero que lo disfrutéis!